sábado, enero 18, 2014
¿Qué tiene la oscuridad que le hipnotiza y le envuelve? ¿Acaso le pertenece? ¿Qué tiene la oscuridad que le sincera? Que nunca cree poseer suficiente, que le gusta sentir que más allá de la opacidad no hay nada. Que en ella se pierden los secretos.
¿Acaso es adicta a lo oscuro? Una vez que lo ha probado siente la irrefrenable sensación de necesitar más para continuar o ¿es su escusa para no hacerlo? Un manojo de contradicciones. Consume su dosis diaria cada noche para reconocerse por el día.
Escríbelo en un diario abstracto para tratar de entenderlo. Acto en vano y lo sabía antes de empezar.
Escucha el silencio de la noche que ya es música en sus oídos. Y es que una vez que se ha acostumbrado promete que no se está tan mal.